UN TECKEL DE PELO DURO, UNA VIDA AÚN MÁS DURA
SPOCK es un perro
afortunado... por fin.
A Spock ya le iba tocando
tener suerte. Probablemente perro de caza durante muchos años, al llegar a una
edad avanzada lo echaron a la calle: ya no servía para cazar, no era útil.
Apareció en medio de una
carretera, y su primer golpe de suerte fue que la chica que casi le atropella,
no solo no lo hizo, sino que en lugar de esquivarle y seguir su camino, como
tantos otros habrían hecho, se paró, se bajó del coche en medio del diluvio, lo
recogió, y buscó quien pudiera ayudar: el perro llevaba collar, probablemente
se habría extraviado.
Su segundo golpe de suerte
fue que de unos a otros, el aviso llegó a La Llobera, que lo recibió asustado,
famélico, tembloroso, una bola empapada y casi incapaz de moverse, envuelto en
dos mantitas que esa chica, su primer ángel, llevaba en el coche para sus
propios perros, y que no quiso que le devolviéramos: se las regaló a Spock, y
las aceptamos en su nombre. Ahora siguen con él, como símbolo del cambio de
fortuna en su vida.
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SPOCK CON UNA DE SUS MANTITAS |
Por fin un poco de calor...
Spock durmió toda una tarde enroscado en la alfombra y bien tapadito; esa noche
llegó a casa de su segundo ángel, que se ofreció a acogerle mientras aparecían sus
dueños. Todavía había que llevarlo en brazos, ya no temblaba, había comido y
dormido pero estaba extenuado.
Spock no se recuperó del
todo, ni se recuperará: es muy mayor, tiene problemas de visión, y ni la vida
que ha llevado ni el tiempo que pasó abandonado bajo la lluvia y el frío le han
hecho ningún bien.
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SPOCK CON CHICHO, SU NUEVO HERMANO. YA NO VOLVERÁ A MOJARSE NI PASAR FRÍO. |
Nadie denunció su
extravío, nadie le reclamó; quien quiera que le haya abandonado no se molestó
nunca en ponerle el microchip que, según marca la ley, debería identificarle.
Pero Spock ya tenía sus
ángeles: el primero, que le encontró y le salvó la vida, y el segundo, que le
acogió y ahora, transcurrido el plazo legal, le ha adoptado.
Gracias a ellas, sus
ángeles, Spock pasará sus últimos días querido, cuidado y bien atendido.