lunes, 29 de abril de 2013

ANYA EN ADOPCIÓN




LA MÁS BONITA




Anya llegó a La Llobera acompañada por sus hermanos Athina y Argos. Os los presentamos a los tres en este post.


 



Y ahora, Anya va creciendo... tiene cuatro meses y está cada día más guapa, aunque parezca imposible. Activa y cariñosa, es tremendamente expresiva: mueve las orejas, el rabo y hasta sonríe... aunque a veces se cansa de posar. 






No se pierde una ocasión de jugar o de recibir mimos, está atenta a todo lo que pasa.



Y a veces, hasta hace algún hallazgo imprevisto, tras la oportuna búsqueda (en este caso, un escarabajo que, por timidez, no sale en las fotos):




  

Aquí la tenéis, correteando con su hermana Athina y algunos amigos.



Anya está buscando una familia que la adopte. ¿Te animas?


domingo, 14 de abril de 2013

¿ME REGALAS UNA NUBE?




EL ABANDONO... Y LA FELICIDAD: ¡NUBE ADOPTADA!


Nube es una cachorrita muy cariñosa; probablemente en algún momento fue un regalo de Navidad o Reyes, una preciosidad que con los meses, creció... y empezó a ser una molestia. Sacarla a pasear, vacunarla, darle de comer... Para colmo, llegó Semana Santa, vacaciones, ¿qué hacemos con la perra? pues a la calle, claro.



Y la cachorrita, que por un capricho llegó a la casa de unas personas de las que dependía por completo y a quienes consideraba su familia, se vio abandonada también por capricho, irresponsabilidad y falta de sentimientos.



Apareció en la calle, con cuatro o cinco meses de edad, sin microchip ni identificación de ningún tipo, en medio de la lluvia y el frío. Desde el primer día demostró estar habituada a vivir en un piso, a salir a la calle con correa, a tumbarse en el sofá, a dar y recibir mimos.




Nadie la buscó, ni la reclamó, ni denunció su extravío. Pasó de princesita mimada a vagabunda en un momento, sin saber cómo ni porqué. 


Alguien se cansó de ella, descubrió que no era un juguete, y decidió prescindir de su compañía como si fuese un muñeco de plástico. Pero no lo es. 


Y ahora Nube tiene una familia que la aprecia, que la quiere y que no la abandonará. 


Muchos otros que han sufrido lo mismo que Nube no han tenido tanta suerte. Aún.


A todos los que aún no tienen familia, tú puedes ayudarles a cambiar su suerte: colabora











sábado, 6 de abril de 2013

SPOCK Y LOS ÁNGELES



UN TECKEL DE PELO DURO, UNA VIDA AÚN MÁS DURA


SPOCK es un perro afortunado... por fin. 

A Spock ya le iba tocando tener suerte. Probablemente perro de caza durante muchos años, al llegar a una edad avanzada lo echaron a la calle: ya no servía para cazar, no era útil. 




Apareció en medio de una carretera, y su primer golpe de suerte fue que la chica que casi le atropella, no solo no lo hizo, sino que en lugar de esquivarle y seguir su camino, como tantos otros habrían hecho, se paró, se bajó del coche en medio del diluvio, lo recogió, y buscó quien pudiera ayudar: el perro llevaba collar, probablemente se habría extraviado.






Su segundo golpe de suerte fue que de unos a otros, el aviso llegó a La Llobera, que lo recibió asustado, famélico, tembloroso, una bola empapada y casi incapaz de moverse, envuelto en dos mantitas que esa chica, su primer ángel, llevaba en el coche para sus propios perros, y que no quiso que le devolviéramos: se las regaló a Spock, y las aceptamos en su nombre. Ahora siguen con él, como símbolo del cambio de fortuna en su vida.

 
SPOCK CON UNA DE SUS MANTITAS



Por fin un poco de calor... Spock durmió toda una tarde enroscado en la alfombra y bien tapadito; esa noche llegó a casa de su segundo ángel, que se ofreció a acogerle mientras aparecían sus dueños. Todavía había que llevarlo en brazos, ya no temblaba, había comido y dormido pero estaba extenuado. 

Spock no se recuperó del todo, ni se recuperará: es muy mayor, tiene problemas de visión, y ni la vida que ha llevado ni el tiempo que pasó abandonado bajo la lluvia y el frío le han hecho ningún bien.


SPOCK CON CHICHO, SU NUEVO HERMANO. YA NO VOLVERÁ A MOJARSE NI PASAR FRÍO.


Nadie denunció su extravío, nadie le reclamó; quien quiera que le haya abandonado no se molestó nunca en ponerle el microchip que, según marca la ley, debería identificarle.

Pero Spock ya tenía sus ángeles: el primero, que le encontró y le salvó la vida, y el segundo, que le acogió y ahora, transcurrido el plazo legal, le ha adoptado.

Gracias a ellas, sus ángeles, Spock pasará sus últimos días querido, cuidado y bien atendido.